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Testimonio de una católica: Mis remedios para deshacerme del pecado

¿Es posible entrar en el Reino de los Cielos cuando se vive en pecado constante?

Mi madre es una católica devota; me eduqué en escuelas católicas desde que era pequeña y a menudo escuchaba los sermones de un sacerdote de Alemania.

Una vez que crecí, no fui mucho a la iglesia porque estaba muy ocupada con el trabajo; mi mamá estaba muy preocupada por mí. En el catolicismo se dice que quien no ha sido bautizado no puede ir al cielo después de morir, así que bajo el fuerte consejo de mi mamá estudié el catecismo durante unos ocho meses y fui bautizada en 2011. Después de eso, asistí a misa todos los sábados por la noche, pero por alguna razón no podía entenderla, y simplemente no podía disfrutar de ninguno de los sermones. Siempre estaba ansiosa de que se acabara para poder irme a casa. No solo eso, sino que vi que muchas otras personas en la iglesia carecían de fe y pecaban constantemente en sus vidas habituales. Lo mismo me sucedía a mí. A veces, cuando mi mamá decía o hacía algo que no me gustaba, me enojaba e incluso discutía con ella. El sacerdote decía que cualquier pecado tendría que ser limpiado en el purgatorio después de la muerte, y que mientras más pecados tuvieras, más tiempo estarías en el fuego del purgatorio hasta que hubieras ardido y estuvieras limpia. Solo entonces podías entrar en el reino de los cielos y ver a Dios. La idea de ser quemada era aterradora, y entonces me dije a mí misma que sería mejor no pecar, pues no quería ir al purgatorio. Así que, a menudo cantaba las Sagradas Escrituras y me confesaba, pero seguía pecando todos los días, ya fueran pecados de comportamiento o pecados dentro de mi corazón.  La Biblia dice, “Procurad tener paz con todos, y la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios” (Hebreos 12:13). Me preocupaba que, puesto que yo pecaba constantemente, ¿podría entrar en el reino de los cielos? ¿Qué me pasaría cuando muriera? Me sentía realmente perdida y leía la Biblia para buscar las respuestas, pero una parte de las Escrituras era demasiado profunda y no podía entenderla completamente. Así que oré a Dios esperando que pudiera traerme a otro congregante que realmente entendiera bien la Biblia para que me ayudara a entender mejor la voluntad de Dios.

La maravillosa sorpresa de que Dios ya ha llegado

Un día, a principios de 2018, conocí a la Hermana Liu Jia en Facebook, que vive en Italia. Le hablé de mis dificultades para entender las Escrituras. Esta hermana era muy cariñosa, y dijo que otra hermana que conocía, la Hermana Lin, tenía una comprensión muy buena de las Escrituras y nos presentó a las dos. Tuve algunas reuniones con la Hermana Lin, que fueron muy útiles para mí. Aprendí acerca de la razón por la cual las iglesias hoy en día están todas en un estado de desolación, y que hay tres etapas en el plan de gestión de seis mil años de Dios. La primera etapa fue la Era de la Ley, cuando Jehová Dios guió a los israelitas en sus vidas al dictar la ley y los mandamientos. La segunda etapa fue la Era de la Gracia, cuando el Señor Jesús otorgó gran gracia a la humanidad, fue crucificado por nosotros, y nos redimió de nuestros pecados. La tercera etapa es la Era del Reino cuando Dios expresa palabras para hacer la obra de juicio y castigo para que nuestros caracteres corruptos puedan ser limpiados y transformados. Finalmente, la hermana Lin me dijo que el Señor Jesús ya ha regresado, Su nombre es Dios Todopoderoso, y ha abierto los siete sellos. Él ha expresado todas las verdades para purificar y transformar a la humanidad y permitirnos alcanzar la salvación completa. Él está haciendo la obra del juicio comenzando con la casa de Dios, la cual cumple la profecía en 1 Pedro 4:17 de que el juicio de Dios debe comenzar con la casa de Dios. Escuchar esto me sorprendió, y también me sentí realmente perpleja. Sin embargo, también pensé que la venida del Señor para purificar y transformar a la humanidad era ciertamente una gran cosa y era justo lo que yo necesitaba, así que estuve dispuesta a buscar la obra de Dios de los últimos días.

Resulta que el pecado constante proviene de la raíz de la pecaminosidad

Una vez, durante una reunión, le pregunté a la Hermana Lin: “A menudo me encuentro llena de pecados como el orgullo, la mentira, el egoísmo y el hecho de ser temperamental. He recurrido a cantar las Sagradas Escrituras o a que un sacerdote cante las Escrituras a modo de expiación, pero después de eso no puedo evitar pecar una y otra vez. ¿Por qué sucede esto?”

La Hermana Lin respondió: “Hermana, esta es una gran pregunta. Siempre me sentí perpleja por esto también, pero cuando leí las palabras de Dios Todopoderoso, mi confusión se resolvió. Comencemos nuestra conversación sobre esto hoy leyendo un pasaje de Sus palabras. Dios Todopoderoso dice: ‘Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto’. A partir de las palabras de Dios, podemos ver la razón por la que estamos viviendo en un estado constante de pecado y luego confesar esos pecados, sin poder liberarnos de las ataduras y restricciones del pecado. Es principalmente porque todavía poseemos una naturaleza corrupta; esta es la raíz del pecado. De hecho, que el Señor Jesús fuera clavado en la cruz y redimiera a la humanidad fue para salvarnos de las ataduras de la ley. Cuando pecamos, siempre y cuando nos confesemos y nos arrepintamos ante Dios, nuestros pecados son perdonados. Sin embargo, Dios no nos ha absuelto de nuestras naturalezas satánicas, razón por la cual la gente frecuentemente revela toda clase de caracteres corruptos. Es como si a menudo mostráramos arrogancia en nuestra vida diaria; no importa lo que hagamos, queremos que otras personas hagan las cosas a nuestra manera; de lo contrario, seremos un poco temperamentales o incluso discutiremos con la gente. Y muchas veces mentimos o hacemos cosas deshonestas para proteger nuestro propio nombre o estatus, y además seguimos las malas tendencias del mundo, sentimos codicia de los placeres de la carne y somos incapaces de honrar a Dios como alguien maravilloso. La lista continúa. Siempre estamos viviendo en el pecado; somos esclavos del pecado. Todos sabemos que la paga del pecado es la muerte, que Dios es santo, que estamos llenos de inmundicia y corrupción y que no podemos acudir cara a cara ante Dios. Es por eso que Dios está haciendo una etapa de la obra de salvación y de limpieza para nosotros en los últimos días, la cual está basada en lo que nosotros como humanos necesitamos. Esta es precisamente la salvación en los últimos tiempos que fue mencionada en la Primera Epístola de Pedro. Solo si aceptamos la obra del juicio de Dios de los últimos días podemos ser completamente limpiados de nuestros pecados y finalmente ser completamente salvos y entrar en el reino de los cielos”.

Recomendación: Reflexiones Cristianas

 

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