Los desastres son frecuentes, ¿cómo entrar en el arca de los últimos días que Dios nos ha preparado?

Recordando la época de Noé, debido a que la maldad de la humanidad llegó a su punto culminante, Dios decidió destruir el mundo con un diluvio, pero antes de que llegara esto, Dios preparó un refugio para la gente: el arca. Mientras la gente escuchara las palabras de Dios y entrara al arca, podría sobrevivir en medio del diluvio. De manera similar, cuando ocurren desastres con frecuencia en los últimos días, Dios también nos ha preparado un refugio, es decir, la salvación de los últimos días que nos ha traído el Señor regresado. Tal como dice la Biblia: “Que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5).

Ahora, la puerta del arca de los últimos días se nos ha abierto, y el Señor Jesús ha regresado, Él es Dios Todopoderoso encarnado. Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras de verdad y ha hecho la obra de juicio y purificación sobre la base de la obra redentora del Señor Jesús, a fin de salvar completamente a la gente del pecado, para que pueda ser purificada y llevada al reino de los cielos. La obra de Dios Todopoderoso en los últimos días cumplió plenamente la profecía del Señor Jesús: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). Así que con aceptar la obra de Dios Todopoderoso, podremos entrar en el arca de los últimos días y recibir la salvación de Dios en los últimos días.

Ahora, la obra de Dios en los últimos días está llegando a su fin, y la puerta de la salvación está a punto de estar cerrada. Solo aprovechando esta oportunidad única de ser salvados por Dios, escuchando Sus palabras y siguiendo Sus pasos, tendremos la ocasión de entrar en el arca preparado por Él en los últimos días para nosotros. Tal como nos advierte Dios Todopoderoso: “Insto a las personas de todas las naciones, de todos los países, e incluso todas las industrias a escuchar la voz de Dios, contemplar Su obra y prestar atención al destino de la humanidad, para hacer a Dios el más santo, el más honorable, el más alto y el único objeto de adoración entre la humanidad, y permitir así a toda la humanidad vivir bajo la bendición de Dios, así como los descendientes de Abraham vivieron bajo la promesa de Jehová, y como Adán y Eva, a quienes Dios creó primero, vivieron en el jardín del Edén”. “La obra de Dios avanza como una poderosa ola. A Él nadie puede detenerlo ni parar Su marcha. Sólo aquellos que escuchan Sus palabras con atención, y que lo buscan y tienen sed de Él, pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo bien merecido”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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